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La “magia” del juez Merlini (y de sus otros colegas)

El último de los detenidos por el asalto al jubilado Jorge Ríos –Claudio Nicolas “Péque” Dahmer- estuvo detenido hasta abril de este año,  cuando logró una liberación anticipada por la pandemia del Coronavuirus, gracias a una resolución del juez Federico Merlini (foto)

Pero –como relatamos en la publicación que daba cuenta de lo sucedido- a los efectos “técnicos” el detenido liberado es Gastón Cuello (hermano de Dahmer.

Seguramente a esta altura quien esta leyendo no entiende nada. Yo se que es edificil entender, pero créame que no le miento.

El “Péque” Dahmer logró profugarse en 2016 cuando se lo buscaba por el crimen de Adrian Novillo. Por eso, cuando al año siguiente cayó preso por un robo a mano armada; dijo llamarse “Gastón Cuello” y fue con este “nombre artístico” que atravesó un breve periodo detenido ya le quitaron el agravante y puso lograr la excarcelación.

Como todo lumpen que roba indefensos, tardó poco en volver a caer. También por robo agravado. Con la condena anterior vigente y en un juicio abreviado; le unificaron la pena por las dos y “le hicieron precio”: Apenas 4 años y 6 meses.

Contando todas las veces que Dahamer debió “tocar el pianito” sumamos una 8, (y tal vez nos quedemos corto). De acuerdo a la ley a una persona a la que le imputan un delito se le efectúa el reconocimiento dactiloscópico cuando se le toma declaración (que equivale al procesamiento), cuando se lo detiene, cuando su causa se eleva a juicio oral, cuando se lo condena y se lo traslada a un penal.

Se le vuelve a tomar en reconocimiento dactiloscópico cuando antes de recuperar la libertad (u obtiene un beneficio)  a los efectos de corroborar que no tenga pedido de captura.

El juez de Ejecución Penal, Federico Merlini; fue quien ordenó el traslado de Dahamer al penal de Varela y quien le otorgó la excarcelación en abril pasado. Dos veces debió pedir las huellas digitales del “Peque”.

Antes debieron hacerlo los fiscales y jueces que lo juzgaron y condenado por los robos cometidos.

Nadie en las fiscalías, juzgados de Garantías, Tribunal Oral y Servicio Penitenciario se dio cuenta que Gastón Cuello no era Gastón Cuello porque era Claudio Nicolas “Péque” Dahmer.

¿Raro no?

Antes de escribir estas líneas, me asesoré con dos de los abogados penalistas más prestigiosos y reconocidos de Quilmes. Uno de ellos presidió el departamento de derecho penal del Colegio de Abogados.

Fueron ellos quienes me enumeraron las instancias en las que se requiere el reconocimiento dactiloscópico y uno de los dos me sugirió el título de esta nota, haciendo el paralelismo con el Mago Merlin

Ambos me cuentan que muchas veces los delincuentes cuando saben que se los busca por causas “pesadas”, se queman las huellas raspándolas contra cemento; o con otros métodos.

Me imagino entonces: A Dahmer lo detienen a la tarde, se la pasa toda la noche raspándose los dedos contra la pared o el piso. No…..no. Si lo detienen la Policía debe tomarle las huellas  (me digo). Tal vez no se dejó tomar. Si, si….es por eso que no las tomaron

“El Peque” se pasó toda la noche dale que dale contra la pared y al día siguiente, cuando fue a declarar y el fiscal lo envió al subsuelo para el reconocimiento dactilar; ya no se notaba nada.

Me vuelvo a preguntar: ¿Los que toman las huellas no se dieron cuenta?. ¿Los de reincidencia, no se dieron cuenta?.

¿Nadie informó a la fiscalía y al Juzgado de Garantías que no había huellas?

Parece que no. Hay tanto trabajo en la justicia que a veces no se miran detalles insignificantes.

Podría relatar la secuencia en cada declaración o en cada juicio, donde nadie se dio cuenta que Dahamer no era Cuello. Pero me detengo en Merlini; que ahora y con la velocidad de la saeta; revocó en segundos el beneficio otorgado y se encargó a velocidad idem de comunicárselo a la prensa

A ver: Cuando Dahmer fue puesto a disposición del Juzgado de Ejecución Penal, Merlini debió ordenar el reconocimiento dactiloscópico. “El Peque” no sabía cual era el  día en que iba a concurrir ¿Cómo es que no aparecieron las huellas?

Tampoco Dahmer sabía si Merlini iba a conceder la excarcelación que pidió por el miedo a contagiarse de Coronavirus y cuando en todo caso; iba a ocurrir

Cuando sucedió ¿Cómo es que no aparecieron las huellas?

Claudio Nicolas “Péque” Dahmer tiene ahora 27 años. Cuando el Ministerio del Interior dispuso la digitalización de los DNI tenía 15 o 16. Es imposible que haya andado por la vida con el anterior librito verde sin renovarlo.

No fue magia!!!!!

A principios del 2013 tuve que renovar mi pasaporte. Fui a la sede del RNP en la calle Paseo Colón. Me tomaron la foto digital y las huellas también en forma digital.

A los 10 días me llegó una carta: Debía presentarme nuevamente a realizar el trámite. Cuando lo hice me explicaron (y mostraron) que las huellas de tres de mis dedos no se habían scaneado correctamente. Foto y dedos de nuevo.

Ese año, cuando volví de Europa; tardaron en sellarme el pasaporte. La empleada de Migraciones lo llevó a una oficina antes de sellarlo. Le pregunté que había pasado y se limitó a decir que era un error administrativo.

En enero de 2017, también volviendo de Europa; en Migraciones se demoran en sellarme el Pasaporte, y me vuelven a repetir que había “un error administrativo”.

En ambos casos me requirieron scanear varios dedos y no sólo el pulgar derecho

Luego de dos veces fui yo quien concurrió a Migraciones para averiguar cual era el error. Ahí me enteré que el primer pasaporte, el que no me llegaron a entregar; no había sido anulado.

En las pantallas de Migraciones aparecía yo con una camisa celeste de cuello blanco y en el documento físico con un buzo bordo. Por suerte lo anularon y no tuve más problemas cuando salí e ingrese al país.

Cuento todo esto para demostrar que el Registro Nacional de las Personas tiene  errores, pero su base de datos digitales es INFALIBLE para mi, para millones de argentinos, menos para Claudio Daher, su abogado, su hermano Gastón y el juez Merlini

Claudio Gentiluomo

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