En la mañana de ese sábado los trabajadores del Hospital “isidoro Iriarte” de Quilmes se encontraron con una ingrata novedad: Una mujer, que desde hacía unos 20 días, dormía y pedía limosna en la puerta del nosocomio, yacía en el lugar.

Enfermeros y médicos intentaron desesperadamente revivirla pero los esfuerzos fueron inútiles. La mujer fallecio producto de una alta ingesta de pastillas.

Más tarde comprobaron que la fallecida se llamaba Liliana Vieira de 50 años de edad, quien tenía entre sus ropas una carta con duros reproches hacia sus familiares, con términos como “No lloren, no sean hipócritas” “Hasta acá fue mi vida”.

La carta escrita de puño y letra agrega “Ni mi madre, ni mis hermanos, ni nadie que me quiso ayudar: Ya se MUERO SOLA”.

La misiva de Liliana Vieira tiene un especial destinatario: Un tal “Marcos” a quien la fallecida le pide que no le compre “Ni un cajón lindo ni una corona (Mi vida valía 160 lucas y te cagaste. Desde donde esté te voy a maldecir” -remata