De reutilizar jeringas a Director de un hospital: Las andanzas del doctor Fragomeno
“Renunció un funcionario por reutilizar jeringas”, reza un titular del diario “La Nación” del día 26 de marzo de 2003. El funcionario mencionado no es ni más ni menos que el actual director del Hospital Iriarte de Quilmes, Juan Fragomeno.
La reesterilización de materiales descartables es ilegal y peligrosa. Por esta actividad ilícita, los trabajadores del Hospital Mercante lo denunciaron en la Suprema Corte de Justicia bonaerense, por incumplimiento de los deberes de funcionario público.
El director de Hospitales Públicos bonaerenses de aquellos años, Rodolfo Fígari, aseguraba que “está terminantemente prohibido reutilizar y reesterilizar jeringas y guantes, por razones higiénicas y porque además es más caro que comprar material nuevo… en ninguno de los restantes hospitales bonaerenses se reutilizan jeringas” (Página 12, 25/03/2003).
Una fuente, relacionada al Hospital Mercante, nos informa que la causa por reutilización de jeringas, en su momento, fue anexada a una causa penal previa del Hospital de Quilmes, por desfalco relacionado a obras.
En 2016, Juan Fragomeno, luego de que la política de turno le permitiera pasar por el hospital del Cruce de Varela, y luego ser director nuevamente del Iriarte de Quilmes, declaró públicamente: “Se están haciendo pequeñas obras en el Hospital de Quilmes para que pueda seguir adelante, por ejemplo ahora se terminó la guardia… el objetivo final es construir uno nuevo porque este está demasiado viejo, el deterioro es importante” (CPB Noticias, Lucía Cueto, 31/08/2016). “Naturalmente, nos preguntamos, y se lo encargamos a los periodistas serios, que en Quilmes existen, por suerte: ¿qué pasó con el viejo edificio de traumatología, cuando el Iriarte era un hospital modelo? ¿qué pasó con los anuncios de puesta en valor realizados el año pasado por Fragomeno, el Director Provincial de Hospitales, Juan Riera, y replicada como un logro por la página del hospital de ATE Quilmes? -señalan hoy los trabajadores del Iriarte, victima de los acuerdos espurios y la mala administración de Fragomeno
Los trabajadores citan una nota de Inforegion del 27 de agosto de 2020, que habla del Hospital Evita de Lanús y del inicio de los trabajos de puesta en valor: “Los trabajos se realizarán sobre una superficie de 776 metros cuadrados y en 60 días serán terminados. Tendrá una inversión total de 27.454.119 pesos y la puesta en valor estará destinada a las habitaciones del sector de Internación que están ubicadas en el 2°, 3° y 4° piso, a los sanitarios públicos ubicados en planta baja del área de Pediatría, Consultas Externas y Enfermería. A partir de las nuevas obras estarán operativas 56 nuevas camas que generan un aumento del 50 por ciento de las disponibles para afrontar la asistencia de la población que requiera internación por Covid-19. Respecto al proyecto, el cual es integral, de mediano y largo plazo, contempló las obras en los hospitales Evita de Lanús, Iriarte de Quilmes, Vicente López y Planes de General Rodríguez, y Paroissien de La Matanza, informaron oficialmente.”
Nadie conoce qué parte del Hospital de Quilmes se puso en valor; pero nunca ha estado tan destruido y abandonado, sostenido solo por el esfuerzo del personal de salud.
La gestión nefasta de Fragomeno fue posible gracias a la ubicación de una comitiva puesta a dedo en diferentes áreas, como la de RRHH. ¿Cómo se explica que luego de no cobrar el primer tramo del bono estímulo del año pasado, por desidia del jefe de RRHH, aún siga en su cargo -que obtuvo sin concurso-?
Como nadie cuestiona nada, se reparten cargos entre sindicalistas y políticos, se ingresa personal a dedo (que poco se ve en la cancha), se engordan servicios que poco hacen y se vacían otros que necesitan personal y se aprieta a los trabajadores que siempre cumplen.
El Hospital Iriarte hace dos meses sin tomógrafo, faltan de insumos y medicación –lo han denunciado los profesionales del Iriarte- la aparatología es antigua, los equipos de salud limitados, la situación edilicia es lamentable y peligrosa; con baños clausurados o en mal estado, especialidades que desaparecen, desorganización absoluta en las directivas y el rumbo de la institución, repartijas de jefaturas con los burócratas sindicales, inseguridad por falta de presencia policial, y un sinfín de condiciones laborales precarias.
Pero Fragomeno baila en la cubierta del Titanic mientras miles de quilmeños se unden
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